Los gestores de piscinas públicas se enfrentan a un reto constante: mantener una calidad impecable del agua y, al mismo tiempo, controlar los costes de explotación. Con estrictos requisitos normativos, altos niveles de uso y costes de mantenimiento cada vez mayores, la filtración es un reto importante. Pero, ¿existen soluciones que eliminen la necesidad de consumibles tradicionales? La respuesta podría estar en las tecnologías de filtración autolimpiante.
Los retos específicos de la filtración en las piscinas públicas
Un marco reglamentario exigente
Las piscinas abiertas al público están sujetas a restricciones mucho más estrictas que las piscinas privadas. A diferencia de las piscinas privadas, la normativa exige una filtración continua las 24 horas del día, los 7 días de la semana. El tiempo de recirculación debe adaptarse a la superficie de la piscina y al número de personas que la utilizan, con análisis diarios obligatorios del agua para garantizar el cumplimiento de las normas sanitarias.
Este control permanente genera costes de explotación considerables, sobre todo en términos de consumibles. Los filtros de arena tradicionales requieren retrolavados regulares, los cartuchos deben sustituirse con frecuencia y los medios filtrantes se obstruyen rápidamente por efecto de la elevada carga contaminante.
Uso intensivo y variable
Con hasta 1 bañista por m² en una piscina cubierta y hasta 3 por m² al aire libre, las piscinas públicas están sometidas a una intensa contaminación orgánica. Esta contaminación se traduce en la entrada constante de partículas, residuos corporales, cremas solares y otros contaminantes, que suponen una pesada carga para los sistemas de filtración.
La variabilidad del uso también plantea un problema: un sistema diseñado para los picos de uso funciona a menudo con un exceso de revoluciones durante los periodos valle, con el consiguiente derroche de energía y agua. A la inversa, puede resultar insuficiente durante los periodos punta del verano.
Aumento de los costes de funcionamiento
El mantenimiento tradicional de los sistemas de filtración representa una partida presupuestaria importante. La sustitución periódica de los cartuchos, el cambio de la arena filtrante, los productos de limpieza y el agua consumida durante el contralavado generan importantes costes recurrentes.
A ello se añaden los costes de mano de obra para el mantenimiento preventivo y correctivo, así como el riesgo de averías que podrían provocar el cierre temporal de la piscina, con todas las pérdidas económicas que ello conlleva.
Las limitaciones de los sistemas de filtración tradicionales
Filtros de arena: robustos pero glotones
Los filtros de arena siguen siendo la tecnología elegida en muchos sistemas de piscinas públicas. Robustos y probados, presentan sin embargo importantes inconvenientes en términos de consumo de agua y de espacio necesario.
Los retrolavados necesarios para mantener la eficacia de la filtración consumen cada día entre el 2 y el 5% del volumen total de la piscina. Para una piscina de 500 m³, esto representa hasta 25 m³ de agua pura vertida cada día, es decir, casi 9.000 m³ al año.
Las instalaciones también ocupan mucho espacio. Los filtros de arena requieren grandes salas técnicas, que a menudo son difíciles de encajar en edificios existentes o en reformas.
Filtros de cartucho: prácticos pero caros
Los sistemas de cartucho ofrecen una filtración más fina y ocupan menos espacio. Sin embargo, el coste de los consumibles puede resultar prohibitivo en instalaciones de gran caudal.
Un cartucho de calidad cuesta entre 50 y 200 euros, según su tamaño y finura de filtración. Para una piscina pública que requiera cambios semanales de cartucho, el presupuesto anual puede superar los 10.000 euros, sin incluir la mano de obra necesaria para la sustitución.
La innovación Hectron: hacia una filtración sin consumibles
Tecnología de tamiz autolimpiante
Con 20 años de experiencia en filtración industrial, Hectron ha desarrollado una solución revolucionaria para las piscinas públicas: el filtro de aspiración autolimpiante.
El principio se basa en un tamiz ultrafino de acero inoxidable que retiene partículas de hasta 2 micras: es decir, una filtración más fina que la de los filtros de arena tradicionales. El sistema de autolimpieza por aspiración elimina automáticamente las impurezas retenidas, sin interrumpir el proceso de filtración.
Rendimiento notable
Las cifras hablan por sí solas: en el camping La Rumba, en el Var, la sustitución de un filtro de arena por un sistema Hectron redujo la superficie de instalación de 15 a 2 m² para un caudal de 200 m³/h. Lo que es aún más impresionante es que el consumo de agua en horas punta se ha reducido de 10 a 1 m³/día: un ahorro del 90%.
Este rendimiento se explica por el hecho de que no hay retrolavado. El sistema de autolimpieza sólo consume el agua estrictamente necesaria para eliminar las impurezas, es decir, menos del 1% del caudal filtrado, frente al 2-5% de un filtro de arena tradicional.
Dimensionamiento optimizado
La compacidad de los filtros Hectron le permite replantearse la disposición de sus salas de instalaciones. El menor tamaño facilita la instalación de nuevos sistemas y libera espacio para otros equipos.
Esta compacidad no compromete el rendimiento: la finura de filtración de 2 micras garantiza una calidad óptima del agua, contribuyendo a reducir el consumo de productos de tratamiento químico.
Ventajas económicas y medioambientales
Eliminación de los costes de consumibles
La ausencia de consumibles es la ventaja económica más evidente. No más cartuchos que sustituir, no más arena que cambiar, no más medios filtrantes que renovar. El filtro autolimpiante Hectron funciona exclusivamente con elementos permanentes de acero inoxidable, un material inalterable y reciclable.
Esta eliminación de consumibles supone una reducción drástica de las operaciones de mantenimiento. Los equipos técnicos pueden concentrarse en otras tareas de mayor valor añadido.
Reducción del impacto medioambiental
Además del espectacular ahorro de agua, la tecnología Hectron contribuye a reducir la huella medioambiental de las piscinas públicas. Al eliminar los consumibles, se eliminan los residuos asociados: cartuchos usados, embalajes, transporte de piezas de recambio.
El consumo de energía también se optimiza gracias a la baja caída de presión del sistema y a la ausencia de ciclos de contralavado que consumen mucha energía.
Rápido retorno de la inversión
A pesar de un coste de adquisición superior al de los sistemas tradicionales, los filtros autolimpiantes Hectron ofrecen un rápido retorno de la inversión. El ahorro de agua, la eliminación de consumibles y la reducción de los costes de mantenimiento se amortizan generalmente en un plazo de 2 a 4 años, en función de la configuración de la instalación.
Hacia un nuevo enfoque de la filtración colectiva
La experiencia adquirida por Hectron en la industria, donde la fiabilidad y la eficacia son cruciales, se aplica ahora al sector acuático. Prestigiosas referencias como Veolia, Engie, Suez y Saur dan fe de la madurez de esta tecnología.
Para los gestores de piscinas públicas, esta innovación representa una oportunidad de replantearse por completo su enfoque de la filtración. Atrás quedan las limitaciones de los consumibles, sustituidas por una solución sostenible y eficaz que concilia calidad del agua, ahorro y respeto del medio ambiente.
La cuestión ya no es saber si la filtración sin consumibles es posible, sino cuándo esta tecnología se convertirá en la norma en las piscinas públicas. Ante los crecientes retos medioambientales y la necesidad de controlar los costes de explotación, los filtros autolimpiantes representan el futuro de la filtración acuática.
Fabricados en Niza (Francia) por un equipo de expertos, estos sistemas encarnan la innovación tecnológica al servicio de una gestión sostenible y rentable de las piscinas públicas. Una revolución silenciosa que ya está transformando la vida cotidiana de muchos gestores en todo el mundo.