El agua subterránea es un recurso precioso para muchos particulares y profesionales. Ya se utilice para abastecer una vivienda, proteger una instalación de bomba de calor o regar espacios verdes, la calidad de esta agua debe preservarse. Sin embargo, con demasiada frecuencia, los errores en la elección e instalación de los sistemas de filtración comprometen la eficacia del tratamiento y generan costes adicionales. He aquí los principales errores que hay que evitar para optimizar su sistema de filtración.
Error nº 1: No analizar previamente el agua
El primer error, y sin duda el más grave, es instalar un sistema de filtración sin analizar previamente la calidad del agua. Cada manantial subterráneo tiene sus propias características específicas relacionadas con la geología local, las condiciones de explotación y la posible contaminación.
Un análisis completo debe abarcar varios parámetros: turbidez, materias en suspensión (arena, arcilla, limo), elementos químicos disueltos, bacterias y dureza del agua. Este análisis ayuda a dimensionar correctamente el sistema de filtración y a evitar sorpresas desagradables. Por ejemplo, el agua con un alto contenido de partículas finas requerirá una filtración más amplia que el agua que sólo contiene arena gruesa.
Es aconsejable encargar este análisis a un laboratorio homologado y repetirlo periódicamente, ya que la calidad del agua puede cambiar con el tiempo.
Error nº 2: infradimensionar el sistema de filtración
Una vez realizado el análisis, la elección del filtro debe adaptarse a las necesidades reales. Muchas instalaciones están infradimensionadas, ya sea en caudal o en finura de filtración.
En cuanto al caudal, hay que tener en cuenta no sólo el consumo medio, sino también los picos de demanda. Una bomba de calor geotérmica, por ejemplo, puede requerir caudales elevados en periodos de alta demanda. Un filtro de tamaño insuficiente creará caídas de presión excesivas y reducirá el rendimiento de la instalación.
En cuanto a la finura del filtrado, también es frecuente el error contrario: elegir un filtrado demasiado fino para sus necesidades. Un filtro de 5 micras costará más comprarlo y mantenerlo que uno de 100 micras, sin aportar ningún beneficio adicional si no se necesita.
Error nº 3: Optar por soluciones inadecuadas a sus necesidades
El mercado ofrece distintos tipos de filtro: cartuchos desechables, filtros de lavado a contracorriente y sistemas automáticos. Cada tecnología tiene sus ventajas e inconvenientes, según la aplicación.
Los filtros de cartucho son económicos de adquirir, pero rápidamente se vuelven costosos si el agua está muy cargada de sólidos en suspensión. La sustitución frecuente de los cartuchos no sólo genera costes de consumibles, sino también una importante carga de mantenimiento. Para el agua muy contaminada, esta solución puede resultar rápidamente inadecuada.
En cambio, los sistemas automáticos de perforación representan una inversión inicial más elevada, pero eliminan la necesidad de controlar y sustituir los consumibles. Estos filtros, equipados con rejillas metálicas autolimpiables, están especialmente indicados para instalaciones que requieren una disponibilidad continua o para lugares de difícil acceso.
Error nº 4: descuidar el mantenimiento preventivo
Sea cual sea el tipo de filtro que elija, el mantenimiento es esencial. El error más común es instalar el sistema y olvidarse de él hasta que se produce una avería.
En el caso de los filtros de cartucho, hay que vigilar periódicamente los atascos y programar las sustituciones. Se puede utilizar un indicador de atascos (manómetro diferencial) para comprobar el estado del filtro y anticiparse a cualquier necesidad de mantenimiento.
Los sistemas automáticos también deben controlarse, aunque a menor escala. Comprobar que los sistemas automáticos funcionan correctamente, comprobar que no hay fugas y limpiar periódicamente los sensores garantizará la longevidad de la instalación.
Error nº 5: Ignorar los cambios en la calidad del agua
La calidad de las aguas subterráneas no es fija en el tiempo. Las condiciones meteorológicas, los cambios en el entorno cercano a la captación o los cambios en el nivel freático pueden afectar a las características del agua.
El cambio climático agrava especialmente este problema. Los periodos de sequía concentran la contaminación, mientras que las lluvias intensas pueden provocar la lixiviación del suelo y aumentar la turbidez del agua. Por ello, el sistema de filtración debe adaptarse periódicamente a estos cambios.
El control periódico de la calidad del agua y del rendimiento del sistema de filtración ayuda a prever los ajustes necesarios y a evitar averías.
Error nº 6: Descuidar el cumplimiento de la normativa
Para las instalaciones de agua destinadas al consumo humano, la normativa impone requisitos estrictos. Los materiales en contacto con el agua deben disponer de un Certificado de Conformidad Sanitaria (ACS), y el rendimiento de la filtración debe cumplir las normas vigentes.
Esta obligación reglamentaria no debe pasarse por alto a la hora de diseñar la instalación. La elección de equipos no conformes puede dar lugar a la presentación de requerimientos y a la sustitución completa de la instalación.
Error nº 7: descuidar la protección contra las heladas
En las regiones expuestas a las heladas, la protección invernal de los sistemas de filtración es crucial. Un filtro que se congela puede sufrir daños irreversibles que obliguen a sustituirlo por completo.
El drenaje invernal, el aislamiento de las tuberías o la instalación de un sistema de calefacción deben preverse en la fase de diseño. Esta precaución, que a menudo se pasa por alto, evita costosas reparaciones.
Recomendaciones para optimizar su instalación
Para evitar estos escollos, hay que seguir unos sencillos principios. Empiece siempre con un análisis completo del agua para determinar exactamente qué contaminantes deben eliminarse. Dimensione su sistema teniendo en cuenta los caudales máximos y elija la tecnología que mejor se adapte a su uso.
Para aplicaciones de bajo mantenimiento, opte por soluciones automáticas que, a pesar de un coste inicial más elevado, resultan económicas a largo plazo. Estos sistemas, como los desarrollados por los especialistas franceses en filtración automática, ofrecen una excelente fiabilidad y eliminan la necesidad de supervisión.
No olvide controlar regularmente su instalación y adaptar el sistema a los cambios de calidad del agua. Por último, asegúrese de que su instalación cumple la normativa, sobre todo si el agua se destina al consumo humano.
Conclusión
Filtrar el agua de pozo o de perforación no es algo que se pueda improvisar. Los errores mencionados en este artículo pueden comprometer la eficacia del tratamiento, generar sobrecostes importantes y crear dificultades de funcionamiento. Un enfoque metódico, basado en un análisis previo del agua y una elección razonada del equipo, garantizará el éxito de su proyecto.
La inversión inicial en una solución adecuada y de calidad siempre resulta rentable a medio plazo, tanto por la reducción de los costes de explotación como por la fiabilidad del sistema. No dude en recurrir a especialistas para dimensionar su instalación y evitar errores costosos.
